En momentos de estrés, intenta:
- Mantenerte activo: el ejercicio provoca una gran liberación.
- Respira profundamente.
- Descansa mucho.
- Lleva una dieta nutritiva.
- Aprende a administrar tu tiempo.
- Evita la automedicación.
- Busca ayuda y consuelo de tus seres queridos.
¡Toma una respiración profunda!
La respiración rápida y superficial es una respuesta común al estrés y una que a menudo empeora la situación. Respirar lento, controlado y por la nariz puede ayudar a relajarte y superar períodos de estrés.
La respiración controlada puede ayudar a:
- Bajar tu ritmo cardíaco y presión arterial.
- Reducir las hormonas del estrés en la sangre.
- Mejorar el sistema inmunitario